Cosas que no sé hacer al viajar

Siguiendo la iniciativa de Gran Pumuki y por supuesto la de otros blogueros de viajes, escribiré  sobre las ‘cosas que no se hacer cuando viajo’, y yo añadiría también ‘que no me gusta hacer cuando viajo’.

Aunque, personalmente creía ser una viajera bastante sencilla y organizada, al redactar esta entrada me he dado cuenta de lo contrario. Y sin explayarme más allá voy 🙂

1. La maleta, tengo que decir que mi maleta es muy ordenada y la hago siempre con bastante anticipación, pues no me gustan las cosas de último momento.

Sin embargo, aún no he aprendido a empacar lo necesario y lo más imprescindible para mi viaje, pues soy de aquellas viajeras (os) que si pudiese, llevaría hasta su casa entera. Soy de las que empaca un ‘Outfit’ para cada día, un secador y una plancha de pelo, toallas para distintos usos, zapatos para distintas ocasiones, maquillaje, cremas, accesorios, bolsos, etc.

Y ya para qué continuar mencionando cosas, sí sé que ya me entienden perfectamente. Es por eso que yo siempre tengo que llevar una maleta grande, jamás una mochila en la espalda, aunque sólo viaje por 2 días, de lo contrario me produce una angustia tremenda la idea de que me vaya a faltar algo estando lejos de mi casa.

2. Informarme lo suficiente sobre mi destino, en ocasiones he escogido un lugar para visitar al azar y no me he molestado en informarme sobre los mínimos detalles del sitio, ya sea en Internet o en una guía de viaje. Algo que muchas veces me ha traído grandes decepciones, pero reconozco que de vez en cuando me gusta ser sorprendida e ir a la aventura.

3. No sé dormir en cualquier lugar, soy de las viajeras que les gusta la comodidad (acompañada del buen trato). Me gusta dormir en una cama limpia y decente. Y ojo, eso no quiere decir que tenga que ser necesariamente un lugar caro, pues hay lugares baratos muy acogedores y limpios.

He sufrido mucho cuando por algún error eligiendo el hospedaje he tenido que dormir en un lugar desordenado y sucio… y para colmo con gente nada amable en la recepción. Creo que esas experiencias pueden arruinar casi por completo un viaje. Además, no sé dormir al aire libre en carpas, ni en furgonetas, ni nada que se le parezca, a mi que me dejen con mi cama tranquila.

4. Me disgustan los tours guiados (Así sean gratuitos), estoy acostumbrada a descubrir y conocer los lugares por mi propia iniciativa. Amo mi libertad y la aventura. Además, me gusta moverme según mi intuición.

Sin embargo, algunas veces, y por distintas razones, me he visto forzada a tomar un tour. Pero en general, no me agrada ir por las calles de alguna ciudad con alguien guiándome con un micrófono o una banderita en la mano.

5. Soy muy mala ahorrando, sobretodo cuando estoy en un país en donde tengo que hacer el cambio de moneda. Soy de las que no se preocupan por calcular “al mínimo” el cambio de dinero, ni tampoco me gusta calcular mentalmente cuánto estaría gastando si estuviese en mi país, o si es caro o barato. Yo soy de aquellas que cuida el dinero para sobrevivir durante todo mi viaje, pero sin preocuparse mucho en el ahorro.

6. No como cualquier cosa, si bien es cierto que me gusta probar distintos tipos de comida estando en distintos lugares del mundo, también es cierto que tengo muchísimo cuidado con lo que me llevo a la boca.

Estando de viaje intento comer un poco sano y evito la compra ambulatoria, pues le temo mucho a las enfermedades estomacales. En lo posible bebo agua de botella, por la misma razón. Prefiero comer en restaurantes con “buena pinta” que me parezcan confiables o sino voy al supermercado y me preparo la comida yo misma en mi hospedaje.

7. No me gusta hospedarme con amigos y/o familiares,  y no necesariamente porque me sobre el dinero, sino porque como ya lo dije antes me gusta mi libertad, mi privacidad e ir a mi aire. Y lamentablemente cuando te hospedas con personas conocidas, muchas veces tienes que depender de sus actividades, de sus horarios, etc. pues no puedes entrar y salir de su casa como si estuvieras en un hotel. Por eso mismo prefiero pagar por mi hospedarme y luego ya visitarlos o quedar con ellos para algo puntual.

8. No sé leer los mapas, soy terrible leyendo los mapas. Muchas veces me ha sucedido que para llegar a un lugar determinado he dado la vuelta completa a la ciudad, y resulta que el lugar que buscaba estaba muy cerca de mi punto de partida, con eso lo dije todo.

Felizmente hoy en día, y gracias a la tecnología, me puedo mover con alguna aplicación móvil. Aunque, también me funciona el preguntar a los transeúntes, obviamente si hay alguno con cara de ‘persona amable’ … sino mejor nada.

9. No me gusta “incomodar” a los lugareños, si bien es cierto que me encanta conocer gente nueva de otras culturas y países. No soy de aquellos viajeros que les gusta mezclarse “demasiado” con la gente lugareña, al punto de incomodarlos.

Si surge la oportunidad de conocer a los habitantes de un lugar, entablar conversación, compartir experiencias, curiosidades, etc. lo hago más que ¡feliz!, pero de entrada no me gusta molestar a la gente con demasiadas preguntas (y eso que estudié periodismo).

Si algo me da curiosidad pregunto lo justo y necesario o simplemente me informo por otras fuentes, pero no me gusta tratar a la gente como “experimentos sociales” o “bichos raros” sólo por sus costumbres, raza, idioma, etc. Hay que recordar que somos nosotros los intrusos que (aunque sea por corto tiempo) estamos invadiendo su territorio… no lo contrario.

Y bueno espero que hayan conocido un poco más de esta su servidora… y que a la vez no les haya asustado mucho 🙂

Estas son las cosas que generalmente no sé hacer o no me gustan hacer al momento de viajar. Sin embargo, si en algún oportunidad tengo que adaptarme a alguna de estas situaciones… lo hago sin problema. Aunque, con los años una se pone más exquisita 🙂

Texto y fotografía: Libia CV

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