Berna, la hermosa capital Suiza, sorprende a sus visitantes con una atmósfera ecológica y medio ambiental. Por algo está considerada como la quinta ciudad con mejor calidad de vida en Europa y la primera de toda Suiza (antecediendo a Zúrich y Ginebra respectivamente), según la consultora Mercer.
Berna es una capital relativamente pequeña pues cuenta con aproximadamente 140.000 habitantes. Una pintoresca ciudad que ha sabido conservar su arquitectura medieval durante siglos. Su casco histórico, muy bien conservado, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983.
Esta ciudad, la cual se ubica sólo a sólo 30 kilómetros de los encantadores poblados de Thun e Interlaken, acogió al físico alemán, Albert Einstein durante su juventud, quien no pudo resistirse a vivir en medio tanta belleza natural.
Esta encantadora ciudad es un lugar para descubrir a pie. Paseando y admirando todo lo que le rodea: su gente, sus edificaciones, sus tranvías, sus calles empedradas, sus fuentes decoradas, sus comercios y sus numerosos jardines. La ciudad está rodeada por los Alpes y el río Aare, el cual con sus aguas de color turquesa añade un encanto especial a la capital suiza.
Principales atracciones
- La Zytglogge y el reloj, la torre más emblemática de la ciudad, cuyo reloj astronómico del siglo XVI deslumbra con su juego de figuras de vistosos colores. Entre ellas, un gallo dorado que canta tres veces, un muñeco que gira un reloj de arena, un caballero con un martillo de oro en la mano, unos osos bailarines, entre otros elementos que en conjunto son todo un espectáculo a la vista de los transeúntes. Durante el verano se puede acceder a la torre por medio de una visita guiada.
- La Catedral de Berna, la Catedral de estilo gótico se empezó a construir a principios del siglo XV y se terminó a finales del siglo XIX. Una de las cosas que más impresionan en esta iglesia es la decoración exterior, justo sobre la puerta principal, en donde se aprecia una representación de el Juicio Final, con increíbles figuras talladas en piedra y madera pertenecientes al siglo XV.
Ya en el interior del templo se pueden apreciar sus coloridas y originales vidrieras. Además, se puede acceder a la torre de la Catedral, las más grande del país, con un poco más de 100 metros de altura y 322 escalones que valen la pena subir para poder admirar desde lo alto las increíbles vistas de Berna.
- El Parque de los osos, con 600.000 metros cuadrados de extensión, este parque alberga a un grupo de osos pardos de distintos tamaños, que además son el símbolo de la ciudad. Los osos viven en libertad y a orillas del río Aare. Además, desde una distancia prudente, niños y grandes pueden observar a los osos jugar, saltar, trepar a los árboles, hacer piruetas y hasta bañarse en un estanque.
- El Puente Nydegg Brücke, un bello puente que sirve de acceso al centro histórico de la ciudad. Uno de los mejores miradores hacia el río y los tejados de las numerosas viviendas situadas a las orillas.
- El Parlamento Federal, la sede del gobierno suizo. Este recinto construido en 1894 destaca por su cúpula de cristal y los escudos de armas de 23 cantones suizos. Además, en la plaza del lugar hay una curiosa ‘fuente de agua’ que brota grandes chorros desde la superficie.
- Jardín de las rosas, uno de los lugares con más paz y tranquilidad en toda la ciudad. Aquí podemos encontrar una gran colección de 223 rosas aproximadamente, además de 200 flores Iris y 28 especies de arbustos de rododendros. Todo en un ambiente entre estanques y esculturas. Este bello jardín funciona, también, como una especie de mirador de Berna.
- Museo Paul Klee, un museo dedicado al artista suizo Paul Klee, considerado como uno de los más importantes artistas del siglo XX. Esta galería, que abrió sus puertas en el año 2005, expone 4.000 obras entre pinturas, cuadros y dibujos de los 10.000 que posee el artista. La estructura de acero ondulado que posee el museo fue diseñado por el arquitecto italiano Renzo Piano.
- La Casa de Einstein, la casa en donde vivió Albert Einstein y su familia desde 1902 hasta 1909. Está ubicada en la calle Kramgasse 49, a unos 200 metros de la Torre del Reloj. En este lugar se puede apreciar el mobiliario que se utilizaba en esa época así como imágenes, textos y hasta una película sobre la vida del genio y el entorno en el que vivía cuando desarrolló los aportes científicos más importantes para el desarrollo de la humanidad.
Cómo llegar
- Desde el extranjero se puede llegar a través de su Aeropuerto Internacional, que se halla a sólo 20 minutos del centro de Berna. Además, esta ciudad cuenta con conexiones ferroviarias diarias entre las ciudades más importantes de Suiza y de Europa.
Texto y fotografía: Libia CV