La encantadora Barcelona no sólo es conocida alrededor del mundo por su arquitectura, su buen clima, su gastronomía, sus playas y el gran repertorio cultural que posee. Sino que además por sus numerosos parques y áreas verdes distribuidos por toda la ciudad.
Parques y jardines muy bien cuidados que están a la disposición de los locales y turistas que buscan evadirse del bullicio de esta gran urbe, para entrar en contacto con la naturaleza y encontrar un poco de tranquilidad y aire fresco.
Recorriendo algunos de ellos, nos encontramos con uno que no sólo es hermoso y bastante particular. Sino que también es sinónimo de historia y cultura por donde se mire. Nos referimos al Parque del Laberinto de Horta, un jardín de estilo neoclásico que cautiva por su belleza y romanticismo a todo aquel que lo visita.
Ubicado en el barrio de Horta, muy cercano a la sierra de Collserola, encontramos al Parque del Laberinto, el más antiguo de la ciudad. Posee una superficie de 9,1 hectáreas y está rodeado de frondosos bosques que al aislarlo lo hacen aún más natural, si cabe la posibilidad.
El parque está distribuido en tres niveles, en forma de terrazas escalonadas. En la parte superior, se encuentra una alberca que recoge el agua para el riego del parque. En la terraza intermedia, se sitúan dos templos de estilo italiano, con columnas toscanas, además de varias estatuas. En la parte inferior, se halla el laberinto, el atractivo principal del lugar, constituido por 750 metros de árboles recortados.
Un parque con historia
El parque ocupa los terrenos de un noble, Joan Antoni Desvalls, Marquès de Llupià. Un hombre insigne, culto y de gran sensibilidad artística, quien en 1791 hizo construir dentro de su finca un jardín de estilo neoclásico al cual denominó “El Laberinto de Horta“.
Joan Antoni Desvalls quiso plasmar en los jardines del recinto los conceptos del amor y la vida. Influenciado por la mitología griega, ordenó esculpir las figuras de dioses y personajes representativos.
La familia Desvalls mantuvo la propiedad de la finca hasta los años 70, cuando pasó a manos del Ayuntamiento de Barcelona. En 1971 se inauguró como parque público y en 1994 con fondos de la Unión Europea se realizó una amplia restauración, otorgándole a partir de ese momento la categoría de jardín-museo.
Espacio cultural
La mitología griega está presente en el parque como un símbolo de inclinación por el arte. En el interior del Laberinto, justo en el centro, se encuentra una estatua al dios Eros. Así como piezas consagradas a Zeus, al Minotauro, a Danae y Ariadna, entre otros.
También destaca el pabellón neoclásico, una construcción elegante y sobria, de estructura rectangular donde se celebraban los eventos sociales. Reyes como Carlos IV, Fernando VII y Alfonso XII han celebrado recepciones en este lugar. Una escultura a la ninfa Egeria preside el conjunto, junto con la alberca. El gran número de esculturas han convertido al parque en un auténtico museo al aire libre.
Además, en el Parque del Laberinto hay una gran variedad de árboles, de los muchos que están catalogados pueden encontrarse encinas, eucaliptos, madroños, cedros, robles entre otros. Entre las flores destaca el Agapanto o denominada “flor del amor”, las Camelias y los Ciclámenes rojos que dan la nota de color en los jardines del parque.
Cabe mencionar la presencia de ornamentales cascadas, un gran número de fuentes, surtidores y estanques, que otorgan el significado de vida en todo el lugar.
Este parque barcelonés ha aumentado su popularidad en los últimos años, atrayendo cada vez más, a un mayor número de visitantes nacionales y extranjeros. Así, que si piensas visitar Barcelona, que no se te olvide incluir al Parque del Laberinto en tu itinerario, pues ten por seguro que no te arrepentirás.
Sobre el Parque
- El Parque del Laberinto de Horta se encuentra en Passeig dels Castanyers 1. Barcelona. En Metro: L3, parada Mundet. En Autobús: 27, 60, 73, 76, B16, B19, N4.
- Abierto al público a partir de las 10:00 am. Entrada: De Lunes a sábados 2 €, domingos entrada gratuita.
Texto y fotografía: Libia CV
