Si visitas Ámsterdam, no puedes dejar de ir a Zaanse Schans, un pequeño y encantador pueblito situado a solo 20 kilómetros de esta gran ciudad.
Su principal atracción turística radica en sus hermosos e imponentes Molinos de Viento, los cuales forman parte de las tradicionales postales holandesas.
Excursión de medio día
La visita a Zaanse Schans solo tomará un medio día o un poco más. Pues se trata de un lugar pequeño y adaptado al turismo, que resulta fácil de recorrer a pie en unas pocas horas.
Para llegar hasta este poblado, podemos hacerlo de dos formas. Primero: por medio de un tour guiado y segundo: por cuenta propia.
Personalmente aconsejaría elegir la segunda opción e ir libremente, pues como ya mencioné antes, el pueblo se encuentra muy cerca a Ámsterdam y es bastante fácil desplazarse hasta él. Salvo el caso de que quieras visitar varios pueblos cercanos a la vez, ahí sí valdría la pena elegir un tour, de los muchos que hay.
Cómo llegar a Zaanse Schans
Desde la estación central en Ámsterdam, hay que tomar el tren con dirección a Uitgeest y bajarse en la estación Koog-Zaandijk, el billete cuesta unos 7 euros aproximadamente.
Al salir de la estación, caminamos unos 15 minutos hasta dónde se encuentran los molinos, que es como una especie de aldea. Ya verás que todo el camino está correctamente señalizado y no hay opción a perderse.
Qué ver
Nada más llegar al lugar, divisamos a lo lejos el pueblo con sus grandiosos molinos de viento, que datan del siglo XVII, situados a un lado del río Zaan, al que accedemos cruzando un moderno puente levadizo.
En nuestro recorrido podremos observar a: los molinos de viento, las típicas casas de madera, canales, puentes, flores, una fábrica de queso, una fábrica de chocolate, un museo, un taller de zuecos y hasta animales pastando plácidamente en el campo.
Es decir, varios de los elementos más representativos de los países bajos. Todos reunidos en un solo lugar.
La mayoría de los molinos tienen más de 200 años de antigüedad. Incluso algunos de ellos siguen en funcionamiento. Entre sus principales funciones: generan viento, muelen trigo, fabrican aceite y hasta son utilizados para drenar el agua que a veces “sobra” en este país. Recordemos que Holanda está situada por debajo del nivel del mar, en algunos casos llegando hasta los 7 metros.
Durante la visita, y si así lo deseas, podrás entrar y ver de cerca a algunos de los molinos. Pues estos ofrecen distintas actividades a sus visitantes. Para entrar hay que pagar unos 5 euros aproximadamente. Sin embargo, hay un molino que es gratuito y al que puedes acceder con facilidad, siempre y cuando no sea un día tan ajetreado por el turismo.
Zaanse Schans, es sin duda, el lugar ideal para transportarse en el tiempo, hacer muchas fotografías y disfrutar al máximo de la más valiosa naturaleza.
Texto y fotografía: Libia CV
Dave
Hola,
Muy chulo el reportaje, dan ganas de escaparse por ahi a verlos 🙂
Lo más parecido fueron unos molinos que vimos con unos amigos en Bélgica, siendo vecinos de estos tampoco era de extrañar 😉
Saludos.
D.
labitacora.es
Gracias Libia por el paseo, no conocía ese bonito pueblito.
Un cordial saludo viajero.
Carmen
Libia Caceda
Gracias Carmen, sí lo tienes pendiente cuando vayas a Holanda!
Saludos amiga viajera!
Raúl
Hola Libia, veo que ya tengo 2 motivos para volver a Ámsterdam, no conocía Zaanse Schans y es muy pintoresco, por otra parte tenía pendiente de visitar el mercado de quesos de Alkmaar, saludos viajeros.
Libia Caceda
Hola Raúl, qué gusto tenerte por aquí! Sí en Holanda hay mucho por ver, es un país encantador, pero siempre podemos volver jeje. Abrazos.